miércoles, 28 de marzo de 2007

Jóvenes japonesas que venden su saliva

Ya sabemos lo “raritos” y excéntricos que pueden llegar a ser los japoneses en asuntos -es un eufemismo- “de cama” (por ejemplo con los prostíbulos de muñecas hinchables); pero por más que nos empeñemos en pensar que ya nada nos sorprenderá…

Un reciente reportaje de investigación ha descubierto que algunas adolescentes niponas (chicas de instituto, menores de edad) están sacando algún dinero extra vendiendo su… saliva !

Según cuenta la historia el periodista fue a una tienda donde, de la chica de tu elección, se podía adquirir su ropa interior (8.000 yenes -57 euros-), orina (11.000 yenes -81 euros–) o saliva (12.000 yenes -88 euros-).

Me llevaron detrás de un espejo de una sola cara, detrás del cual había 6 chicas en una habitación viendo la televisión. Hablaban ruidosamente y reían.

Hice mi elección -una chica de pelo oscuro y relativamente tranquila. Estaba vestida con el uniforme escolar, con una blusa rosa, la corbata en forma de lazo y la faldita a cuadros.

Fui a una pequeña habitación, del tamaño de una alfombra. Al rato la puerta se abrió y la chica apareció. Dijo “hola” y se sentó.

En sus manos llevaba un frasco de unos 5 centímetros de alto. Entonces empezó a escupir repetidamente, sus mofletes se hinchaban y desinflaban. Le llevó unos 10 minutos rellenar aquel frasco. Todo el rato se mostró ajena y distante, su mirada fija en su tarea, su expresión vacía.

Finalmente, educada pero indiferentemente dijo “gracias”, se levantó y se fue.

Este tipo de establecimientos no son difíciles de encontrar, a pesar de que desde el año pasado es ilegal traficar con ropa interior, saliva u orina de chicas menores de edad . Y es que, como bien relata el interesantísimo artículo, las adolescentes, ignoradas en sus casas por unos padres demasiado ocupados, son capaces de cualquier cosa (desde ser chica de compañía de hombres de mediana edad, a vender su uniforme escolar) a cambio de dinero con el que comprar maquillaje, bolsos, ropa cara o cualquier otro capricho. Cada día más y más colegialas se meten en ese mundillo tan cercano al de la prostitución, espoleadas por la sensación generalizada de “si todo el mundo lo hace…”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué rico! me encantaría que alguna latinoamericana se animase para comprar esa rica saliva, olerla y tragarla, saludos
mi correo xxx2002@latinmail.com